Grasa y peso, cosas muy distintas

Fuente: Revista Cosas
Por Gabriel E. León

Uno de los mayores motivos de preocupación de las personas en las mañanas es subirse en la balanza de peso, especialmente, luego de la época decembrina, pero… ¿el peso lo revela todo?

La realidad es que el peso es apenas uno de los factores a controlar en el cuerpo, ya que, la balanza no especifica qué porcentaje corresponde a grasa, masa muscular o agua. 

Es un ejemplo común que las personas, en el desespero de perder peso, comiencen a realizar dietas alternativas o “de moda”, dejando de comer generalmente carbohidratos. Esto tiene como consecuencia una notable disminución de peso en muy poco tiempo. Sin embargo, al pararse frente a un espejo se percatan de que los cauchitos siguen estando ahí. Entonces viene la pregunta: ¿qué pasó? si he perdido peso, ¿por qué siguen estando estos rollos tan difíciles de quitar?

Cuando hacemos una dieta mal calculada, desequilibrada e inadecuada a nuestros requerimientos individuales, el organismo entra en alarma y trata de preservar la grasa por encima de todo. Esto ocurre por motivos evolutivos y se comienza a perder agua y músculo. Así se logra perder mucho peso muy rápido (peso muscular) y, paralelamente, la tasa metabólica va disminuyendo y por lo tanto el metabolismo. Al final ocurre un estancamiento, no se rebaja más y luego, apenas la persona aumenta un poco las calorías de la dieta, como hay tan baja masa muscular que controle el metabolismo, viene el efecto rebote, cuando aumentamos la acumulación de depósitos de grasa y la persona queda peor que al inicio de la dieta.

Entonces ¿de qué tengo que estar pendiente? ¿Cuánto tengo que pesar o mejor aún, cuánta grasa debería tener? Popularmente, las personas buscan lograr un peso cercano al valor de los decimales de la estatura en metros, es decir, si mido 1,70 entonces debo pesar cerca de los 70 kg. Pero, ¿qué pasa si hago ejercicio?

Es común que con el año nuevo tomemos la determinación de hacer dieta y empezar una rutina de ejercicio y aunque podamos sentirnos mejor y percibir que la ropa nos queda mejor, puede desilusionar ver que el peso no baja. Es muy probable que debido al ejercicio la masa muscular haya empezado a subir y la grasa a bajar y por eso el peso se compensa hasta que la musculatura llegue a un nivel estable. Es entonces cuando se empieza a ver la disminución del peso.

Lo ideal es cuantificar el peso pero también la masa muscular y la masa grasa, para poder llevar un control real de lo que está sucediendo dentro de nuestro cuerpo. Esto quiere decir que, aun cuando el peso se encuentre según el IMC, dentro de un parámetro correcto, si el porcentaje (%) de grasa está en sobrepeso u obesidad, el diagnóstico se da por el porcentaje (%) de grasa y no por el peso.

¿Qué hacer para controlar el porcentaje (%) de grasa? 
Esta es la pregunta que todos en algún momento nos hacemos y la respuesta quizás no sea tan sencilla, porque involucra un cambio de hábitos en nuestro día a día. La razón es que si hacemos un esfuerzo con la alimentación, eventualmente nos cansaremos, mientras que si logramos establecer un hábito lo podremos sostener en el tiempo.

Para controlar la grasa
  1. Evitar saltar el desayuno; éste debe realizarse durante la primera hora después de despertar.
  2. Distribuir su ingesta de alimentos en 5 comidas equitativas de mayor calidad y menor cantidad, en lugar de 3 comidas principales y 2 meriendas.
  3. Controlar la calidad de lo que está comiendo, especialmente de aquellos alimentos ricos en grasas y azúcares simples que por poco que se consuman, tienen un aporte calórico muy alto.
  4. Incluir en su dieta diaria frutas y vegetales y hacer de esto un hábito.
  5. Optar por elegir alimentos altos en fibra y evitar consumir las frutas y los vegetales en licuados.
  6. Hacer uso del azúcar, la miel y el papelón con moderación.
  7. Hacer ejercicio con regularidad. Según el ACSM lo mínimo son 3 días de ejercicio aeróbico por semana - 45 minutos (días no consecutivos); o en el mejor de los casos 5 días de ejercicio aeróbico de 30 minutos y además, agregar 2 jornadas de tonificación o ejercicios de fuerza.
  8. Una porción de lácteo al día ¡no engorda ni pone la piel más gruesa!
  9. Una copa, 1 a 2 veces por semana, es diferente a media botella todos los fines de semana… ¡tómelo en cuenta!
  10. Mantener una hidratación adecuada consumiendo regularmente agua.

Si queremos lograr los objetivos más rápido y/o somos más exigentes, el paso final es saber las cantidades de carbohidratos, proteínas y grasas que debo consumir cada día, pero esto se calcula según la persona y sus actividades diarias, motivo por el cual lo correcto es acudir a un especialista que lo guíe.

En conclusión, sólo llevar un estilo de vida saludable, y hacerlo como un hábito, nos permitirá controlar nuestro % de grasa, tener mayor calidad de vida y, a futuro, el cuerpo probablemente nos regalará más años de vida y bienestar para compartir con las personas que amamos.

Artículo publicado
Revista Cosas de Unicasa
Edición N° 72
Año 2012
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