La gordura sí se cura

Fuente: Revista Cosas
Por Rafael Arciniegas

En una época en la que nuestro ritmo de vida impulsa fácilmente a sacrificar la dieta y dejar de comer sanamente, el control del peso puede convertirse en una tarea complicada

Se comienza con un par de kilitos de más, nos descuidamos y si la situación continúa demasiado tiempo, podemos caer en sobrepeso o incluso en obesidad que más allá de estética, es una de las enfermedades más peligrosas hoy en día.
 
Primero, debemos aclarar algunos conceptos generales. La obesidad y el sobrepeso NO son trastornos psicológicos sino multifactoriales, es decir, cuadros médicos donde han confluido en el individuo varias causas, produciendo como consecuencia una acumulación exagerada de peso. Este peso se considera enfermizo pues acorta, significativamente, la calidad de vida de la persona.

Existen factores que predisponen a la persona a tener sobrepeso, agrupados en tres grandes “campos”: el psíquico, el físico y el socio-cultural. En cada persona la combinación es distinta, pero la consecuencia pareciera ser la misma: sobrepeso, obesidad y las enfermedades asociadas como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, enfermedades osteomusculares por sobrecarga y hasta varios tipos de cánceres, depresión, entre otras.

Conocer al enemigo
Muchas personas obesas no se curan porque son adictas a la comida y no lo saben. Por eso no pueden seguir por mucho tiempo las dietas, ya que, para ellas implica un gran sufrimiento. No toda persona con unos kilos de más es adicta a la comida, hay que aclararlo, pero desde que la psiquiatría está comprendiendo el fenómeno, se están acabando las dietas estrictas.

Lo importante es ir derribando mitos. No hay diferencias entre la población general y las personas con sobrepeso en su psicología general. Lo que se puede observar es que la persona con sobrepeso se relaciona, exageradamente, con la comida es decir para él o ella la comida tiene mucha más importancia que para muchas otras personas. Lo puedes ver en una situación recreativa como una fiesta, donde el niño “gordito” está más pendiente de los refrescos que de los juegos… Esto puede ser un patrón de conducta que permanezca.

En muchos individuos no sólo existen factores psicológicos, sobre todo los aprendidos en el núcleo familiar como conductas de premiación con comidas o sedentarismo; sino en realidad, sí existe un metabolismo afectado por anteriores dietas, sobre todo las muy rígidas.

Tal vez la principal conclusión es que la persona con sobrepeso es igual a cualquiera. De hecho, muchos que hoy no tienen sobrepeso mañana lo pueden tener. Cualquiera puede tener sobrepeso, por eso mismo debemos aprender a cuidarnos, no descuidar el aumento de peso por más pequeño que parezca.

Además, cabe señalar que a medida que aumenta la edad es sabido que disminuye la tasa metabólica y esto significa que es más fácil engordar y más difícil quitarse esos kilitos de más. Pero, no es imposible porque la disminución máxima no llega al 35 %. Es un mito que no se pueda adelgazar después de los 40 ó 50 años de edad o porque una mujer esté histerectomizada. Todos podemos perder peso y volver a estar saludables.

El problema comienza con el concepto mismo de dieta: casi todas fracasan porque han creído con mucha ingenuidad que es que la persona no sabe comer y lo que hace falta es decirle cómo hay que comer… ¡Y resulta que muchos no quieren saber comer!

Está dentro de ti

Muchas veces es el mismo paciente el que puede sabotear sus buenos propósitos de corregir el problema. Las personas obesas padecen sobre todo de depresión y si lo comparamos con población general, parece que el riesgo es cercano al doble. Lo que las personas con sobrepeso llaman ansiedad es realmente apetito. Tienden a confundir el término en algunos casos y en otros, a aplacar la verdadera ansiedad con alimentos. En ambas situaciones terminan ingiriendo alimentos de más. Por ello es imprescindible enseñarles a manejarla. Cuando lo logran, rebajan y se sienten de maravilla. Rompen el círculo vicioso.

Por eso podemos decir que, al momento de bajar de peso, el ánimo y el entusiasmo son más importantes que la disciplina y la persecución. La persona debe estar y permanecer animada por el deseo de perder peso y obtener salud y belleza, no olvidar que ese es su objetivo. No está dejando de comer, estará aprendiendo a comer.

Hay que entender que la obesidad es un asunto de cultura. No sólo referente a la propia de un país, de una nación, sino de una familia. En cualquier familia, si alguien tiene fiebre prolongada se acude al médico porque se entiende que existe un problema, un peligro. Así hay que entender al sobrepeso, como un peligro para poder llevar una vida plena y saludable.

Hoy por hoy es reconocido que muy pocas personas vencen la obesidad o el sobrepeso sólo con indicaciones alimentarias. Existe un mundo de ansiedades que manejar, el individuo es un conjunto de sentimientos que cambia sobre todo con las restricciones.

Un caso muy particular lo representan quienes se perciben como obesos y no lo son. Eso es mucho menos frecuente que la necesidad real de perder peso que no es atendida, que se pasa por debajo de la mesa por decirlo coloquialmente. Sin embargo, puede conducir a la Bulimia o a la Anorexia si no es atendida por especialistas.

Es decir, no se quita sola, se empeora a menos que sea atendida en el consultorio. Cuando hablamos de Obesidad no estamos hablando de belleza, estamos hablando de salud, de enfermedades, no se puede estar sobrepasado de peso y estar saludable, esa discusión médica ya se superó. La gente debe empezar a angustiarse tanto al ver al niño muy delgado como pasado de peso.

El círculo de las influencias
Siempre existe el mito de que las personas, al casarse, suelen engordar. No creo que exista un patrón, es muy variable. Lo que sí existe es una tendencia al aumento de peso luego de estabilizarse en pareja, sobre todo por ciertos factores como cenas abundantes compartidas entre los dos, alto sedentarismo y diversión asociada a experiencias como el turismo citadino culinario de fin de semana.

Sin embargo, de lo que sí puede hablarse es del papel de alguien tan cercano como la pareja al momento de bajar de peso, esto sí es fundamental. Prácticamente casi nadie puede rebajar sólo. El éxito de las parejas o de grupos familiares que emprenden juntos la lucha contra la obesidad es mucho mayor del doble del que lo hace en solitario. Detrás de cada historia de éxito hay gente apoyando.

También hay que resaltar el impacto negativo de la obesidad en la sexualidad. En las primeras etapas no se nota demasiado, pero luego disminuye enormemente la calidad y la cantidad. Y no hablo de esperar años, basta con tener sólo 10 kilos de más para tener menos de la mitad del desempeño promedio.

Luego viene la tremenda responsabilidad de la pareja como padres para modelar el futuro de su hijo. Aunque la obesidad heredable es menor del 5 %, el estilo de vida se aprende y casi que luego se lleva en las “venas”. Te voy a poner un ejemplo: los españoles no heredan el gusto por el fútbol y allí los tienes.

Hay que recordar que en este problema, el papel de las personas influyentes es vital. Pudiera ser el padre si el paciente es un niño, pero pudiera ser la pareja o la persona más cercana si es un adulto. Repito que al momento de rebajar lo haremos mejor y con mayor éxito, si tenemos apoyo.

Dato Único… En Venezuela, de cada 3 venezolanos, 2 presentan se encuentran por encima de su peso ideal.

Artículo publicado
Revista Cosas de Unicasa
Edición N° 76
Año 2012

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