Masajear al bebé, poderoso contacto de amor y salud

Fuente: Revista Cosas
Por Mirena González R.

Unida a la lactancia materna exclusiva, masajear al bebé es otra eficaz herramienta para normalizar las funciones respiratorias, circulatorias y gastrointestinales del bebé, además de profundizar la relación afectiva con la madre

Es crucial el valor de la alimentación sana y nutritiva para el bebé, y si se acompaña de un conjunto de caricias respetuosas, llenas de bienestar, se logra una combinación que he llamado toques nutritivos, esenciales desde los primeros instantes de vida del bebé luego del nacimiento.

Este vínculo natural y sagrado a la vez, está un poco ausente en la sociedad actual, y por ese retroceso se están retomando con fuerza algunas técnicas para estimular el imperativo de orientarnos hacia la salud mental y física de los más pequeños del universo, quienes serán los hombres y mujeres del futuro.

El masaje a los bebés es una técnica que  nos permite como padres y madres conectarnos con la vida a través de la estimulación táctil, el alivio físico y la conciencia corporal desde la etapa intrauterina hasta la vejez. Recientemente se recomienda el contacto piel a piel que se inicia, inmediatamente al nacer, porque permite que la madre tenga estrecho acercamiento cutáneo en su abdomen y pecho con él.

Esto se logra cuando en la primera media hora después del nacimiento se observa cómo el bebé, posicionado en el regazo de la madre, luego de indicar que está dispuesto, espontánea y muy sutilmente comienza a lamer, (reflejo de búsqueda) seguido del amamantamiento orientando y observando a la madre. Así se logra que este tiempo sea crucial para fomentar el vínculo afectivo entre la madre y el recién nacido, episodio donde también es ideal la presencia del padre, personaje fundamental para fortalecer la triada familiar.

De esta forma se desata la fuerte relación por el contacto físico, táctil y el amamantamiento desde los primeros instantes de vida de todo ser humano. Esa cercanía profunda trae beneficios como: control de la temperatura corporal, reducción del estrés pos-parto tanto de la madre como del bebé, mayor secreción de oxitocina de ella, (hormona considerada de la “maternidad” y contribuye a la mejor producción de leche), entre otras bondades.  
Desde la etapa lacrante
El masaje se ha realizado de generación en generación. Es una tradición muy antigua que proviene de la India, desde que se sabe que la piel es el órgano más extenso en nuestro cuerpo, por medio del cual se pueden transmitir desde emociones hasta alivios de algunos malestares.

El contacto físico es una manera de entablar una sana comunicación, mediante la cual se pueden lograr efectos muy beneficiosos para la salud. En Venezuela y a escala mundial, se está promocionando ese contacto piel a piel, buscando alcanzar la meta de dar a conocer tan maravillosos efectos, sin distinción de clases sociales, raza o religión.

Es esencial enfocarse en las virtudes que se desarrollan al unir la lactancia materna exclusiva con el masaje a bebés. Son herramientas que van de la mano para proporcionarle, principalmente a los bebés, el privilegio de normalizar las funciones respiratorias, circulatorias y gastrointestinales.

En el caso de bebés prematuros, diversos estudios demuestran el incremento del peso y desarrollo físico y neurológico, al igual que en niños con necesidades especiales, porque refuerzan el vínculo afectivo en la triada familiar y, sobre todo, en la aceptación del bebé, paso fundamental para lograr la lactancia materna exclusiva. Estas sesiones están dirigidas a bebés desde el primer mes hasta la edad temprana y son bienvenidos todos los niños y niñas de nuestra sociedad.

Artículo publicado
Revista Cosas de Unicasa
Edición N° 75
Año 2012
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